Recopilación: Graciela Repún Imagen: Juan Lima
Esta leyenda etíope narra el casual hallazgo del café, “probado porunas cabras, descubierto por un pastor, tostado por un Abad, celebradopor unos monjes, que nunca pudieron imaginar que ese enérgico sabor seseguiría prolongando durante siglos”.

Por el año seiscientos vivió en Etiopía un pastor llamado Kaldi.Cierto día que cuidaba su rebaño de cabras notó que los animalesdesarrollaban una conducta extraña. Nerviosamente iban y venían, subíany bajaban, en un estado de agitación que se prolongó todo el camino deregreso y persistió durante una noche, que se volvió interminable. Sóloa la mañana siguiente el rebaño pareció calmarse y fue así como siguiócon mansedumbre al amodorrado pastor hasta las zonas de pastura. Hasta que unas cerezas tentadoras detuvieron su paso, y luego demordisquearlas, las cabras retomaron su conducta nerviosa del díaanterior. Kaldi observó las plantas que aparentemente habían causado el cambio en su rebaño y probó con cautela una hojita y un fruto. Lo primero que percibió fue que no se trataba de un arbusto decerezas, y que el sabor no era tan agradable como el que esperaba. Perotambién sintió que el cansancio producido por la larga noche deinsomnio se había desvanecido y era remplazado por una energía que loimpulsaba a la acción. Kaldi tomó consigo unas ramas florecidas y encabezó la marcha haciaun monasterio que se encontraba a pocos kilómetros. A paso vivo loseguía su rebaño. Al llegar a la casa religiosa, el pastor fueintroducido a presencia del Abad, mientras sus animales quedaban alcuidado de unos desorientados monjes. Informado del descubrimiento, el Abad llevó a Kaldi a la cocina, yprudentemente hirvió una rama con algunos frutos rojos. Pero cuandoprobó el gusto de ambos, le pareció tan desagradable que en un impulsoarrojó el atado entero sobre el fuego. La cocina se vio invadida de unaroma delicioso que indujo al Abad a hacer una nueva prueba. Tomó elfruto tostado y preparó una infusión que, con su perfume cálido atrajoa un grupo de monjes a la cocina. Así nació el café, de Etiopía almundo; probado por unas cabras, descubierto por un pastor, tostado porun Abad, celebrado por unos monjes, que nunca pudieron imaginar que eseenérgico sabor se seguiría prolongando durante siglos.
|