Había
una vez un pequeño país que se formo en el mundo de la imaginación, por
el poder y el saber de una anciana hada, que se sentía muy sola en su
pequeña casa del bosque. Estaba rodeada de grandes arboledas, y a pesar
de la magia que había en aquel lugar, aquellos árboles no tenían ni
boca, ni voz para hablar. Pero eran tan hermosos, sus hojas variaban de
color según las tocaba el sol, a veces eran verdes, otras rojas y algún
árbol más especial las tenía de color rosa.
El
hada del bosque que contaba con más de doscientos años, se aburría la
pobre si no hacía nada, un día mirando al cielo pensaba, que cuando ella
era niña había pájaros que volaban a su alrededor jugando con ella.
Luego entre las ramas de los árboles formaban sus nidos y ella era
feliz, escuchando las bellas melodías de sus trinos.
Nunca
supo porque era la única hada niña que existía, el misterio de su vida
la rodeaba. Pero en aquél momento la anciana hada cuyo nombre era
Ladian, estaba harta, enfadada y muy cansada.
Tenía
que hacer algo para cambiar la soledad de su vida, a ella le gustaba
hablar reír y cantar, pero se sentía apartada de todo aquello que más
deseaba, miro con tristeza como el sol se escondía sin decirle ni
siquiera adiós, porque no tenía voz. La noche ocupo su lugar.
Con
mirada triste, el hada solitaria contemplaba a las estrellas cómo
jugaban con la luna, entonces se acordó que ella tenía grandes alas para
volar, pero era tan mayor y como siempre estaba sola, había olvidado
como hacerlo.
La luna desde lo alto del cielo la miraba y sentía una gran pena por la longeva hada.
Los
ojos de la luna lloraban con lágrimas plateadas, que mojaban su
redonda cara, cayendo como fina lluvia encima de la cabeza del hada del
bosque. Sus largos cabellos se convirtieron en hebras de plata que le
dieron fuerza y volvió a ella la memoria y su gran magia.
Ladian extendió sus grandes alas y voló alto, muy alto, tanto que llego a tiempo de hablar y jugar con la luna y las estrellas.
Les
pudo contar el deseo que tenía dentro de su mente, y nunca pudo
llevarlo a cabo; después se sintió alegre y satisfecha, porque aquella
noche sería la última que pasaría en soledad.
Al
día siguiente nada más salir el sol, la anciana hada da forma con la
fuerza de su mente a un pequeño y hermoso país de las hadas. El agua de
la montaña descendía formando pequeñas ondulaciones que se movían como
expertas bailarinas, se convirtieron en un gran río de agua clara y
transparente, que dejaba ver peces de distintos colores y formas que
saltaban felices. Luego aparecieron los pájaros buscando refugio entre
el gran arbolado de colores, mientras sus trinos llenaban de alegría al
viejo bosque.
La
imaginación del hada Ladián dio vida a pequeños gnomos y gnomidas que
vivían debajo de los grandes árboles con sus hijos. Pero.. Faltaban
hados y hadas, y un palacio de cristal tan brillante como piedras
preciosas. De repente la tierra se abrió como una hermosa flor, dando
paso al deseado palacio y a la vida de aquellos hados y hadas que vivían
en él, muy cercano al lugar donde ella se encontraba. Sus cabellos de
plata formaron una corona de pequeños corazones que se entrelazaban
entre flores, aquél regalo de la luna y la madre naturaleza, convirtió a
Ladian en la primera reina del bosque.
Feliz se acerca al palacio, los guardianes de la puerta la dejaron entrar e inclinaron la cabeza en señal de respeto.
Entro
radiante de felicidad, ella sabía que aquél palacete estaba lleno de
vida, emocionada pregunta a la primera hada que pasa por su lado ¿Puedo
ver a los reyes? –Si majestad la están esperando para hablar con usted.
Sígame, si vamos volando llegaremos antes.
La
reina del bosque abrió sus grandes alas, y voló con seguridad detrás de
Dina que era la consejera de sus majestades. Llegaron hasta una sala en
la cual había una puerta que la separaba del dormitorio de los reyes,
que hacía solo unas pocas horas que acababan de ser padres de una
hermosa princesa.
El
rey coge la mano de Ladian la longeva hada y –dice-gracias reina y
señora del bosque, el mundo de vuestra fantasía nos ha salvado de vivir
siempre en la oscuridad y nuestra pequeña princesa de las hadas ha
podido nacer dentro la luz de la imaginación. Con todo respeto mi
corazón quiere pediros de rey a reina que nuestra pequeña hija lleve
vuestro nombre.
-Majestad,
rey de este pequeño país, vosotros sois los primeros seres vivientes
que veo en doscientos años, para mí es un honor que esta niña la
princesa de las hadas se llame Ladian, y hablando de nombres ¿cómo os
llamáis vos y vuestra esposa?.
-Mi nombre es Verdín y la reina se llama Cristel-.
-Estoy
encantada de conoceros y hablar con vos, pero os tengo que pedir un
gran favor, deseo ser la guardiana de la vida de vuestra hija y aunque
sea la reina del bosque quisiera vivir en vuestro palacio, siempre he
vivido en soledad pero ello me ha dado fuerza y sabiduría, también
muchas veces un gran aburrimiento.
Parece que escucho llorar a la princesa ¿puedo conocerla?
-Pasar noble anciana y conoceréis a vuestra protegida-
La
pequeña estaba en su cuna, moviendo sus brazos y piernas, la reina del
bosque se acerca a ella, y se da cuenta que es una niña hada especial,
su sonrisa penetra directamente en su corazón.
Mirando
a los reyes que están a su lado –dice- es preciosa, con su cabello
negro y sus grandes ojos que brillan como estrellas. Sé que la gran
mayoría de las hadas tienen el cabello rubio y los ojos azules, vosotros
sus padres sois así y yo cuando era niña también.
Ella forma
parte de la noche por su pelo azabache y de la luna por su carita
blanca, será una gran princesa porque su corazón estará siempre lleno
de amor. Me esta observando con sus hermosos ojos, no me extrañaría que
su sonrisa tan bonita se convirtiera en llanto, de momento sólo soy una
desconocida para ella.
De
pronto la pequeña empieza a llorar, su protectora pone su arrugada mano
encima de su pequeña cabeza, y empieza a cantar dulcemente una antigua
nana de protección, se la enseño cuando era muy niña (antes de
quedarse sola en el bosque) una de las viejas hadas.
La princesa se calma y sonríe moviendo sus pequeñas alas azules como si quisiera volar.
Emocionada
su protectora la mira a los ojos directamente, sabe que sus almas están
unidas para siempre, nunca nadie le hará daño a su hermosa princesa de
las hadas.
fuente: http://laprincesadelasalasrosas.blogspot.com.ar
La autora dio su dedicación, más, pido licencia, en este blog, para dedicar este cuento a tres personas que estan en mi corazón... Continuar leyendo